Normativa de la AMB sobre reformas en comunidades de vecinos

Normativa de la AMB sobre reformas en comunidades de vecinos

Publicado el 01 de octubre de 2025


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Licencias y comunicaciones previas

La distinción entre comunicación previa y licencia es esencial. La comunicación previa suele aplicarse a obras interiores sin afección estructural ni elementos protegidos: cambio de pavimentos, instalaciones interiores, sustitución de carpinterías interiores o redistribución de tabiques no estructurales. La licencia de obra menor suele exigirse para intervenciones en fachada, patios, cubiertas, sustitución de carpinterías exteriores, o actuaciones que alteren la configuración visible del inmueble, incluso cuando no haya afección estructural. La licencia de obra mayor se reserva para ampliaciones, cambios de uso, actuaciones en estructura, derribos, o reformas integrales que modifiquen volumetría o elementos esenciales.

Cada municipio del ámbito AMB establece tasas específicas, documentación técnica mínima, plazos de resolución y regímenes de inspección. Por lo general, la comunicación previa requiere memoria técnica y planos básicos; la licencia menor añade en ocasiones proyecto técnico simplificado y certificado de solidez; y la licencia mayor exige proyecto visado por técnico competente, dirección facultativa y coordinación de seguridad y salud. A menudo se piden compromisos de correcta gestión de residuos de construcción, así como hojas de ruta para minimizar ruidos y polvo. Revisa si tu obra puede acogerse a tramitación telemática y si existe bonificación por actuaciones de mejora energética o accesibilidad.

  • Interior sin estructura: comunicación previa.
  • Fachadas, cubiertas o patios: licencia de obra menor (habitualmente).
  • Estructura, ampliaciones o cambio de uso: licencia de obra mayor.
  • Siempre: acreditar gestión de residuos y medidas de seguridad.

Consejo: solicita por escrito el criterio municipal antes de contratar para ajustar presupuesto y plazos al procedimiento exigido.

Obras en elementos comunes y privativos

Diferenciar entre elemento común y privativo evita reclamaciones. Son comunes, por ejemplo, estructura, fachadas, cubierta, patios, instalaciones generales (montantes, bajantes, ventilación), portales, escaleras, ascensor y elementos estéticos que configuran el aspecto del edificio. Son privativos los espacios interiores de cada vivienda, salvo servidumbres e instalaciones generales. Cerrar una terraza comunitaria de uso privativo, sustituir ventanas exteriores o instalar equipos visibles desde la vía pública (aires acondicionados, toldos, pérgolas) suele requerir autorización de junta y sujeción a criterios estéticos definidos por estatutos u ordenanzas municipales.

Las obras que afectan a elementos comunes, aunque mejoren la vivienda individual, suelen exigir acuerdo comunitario y, a menudo, proyecto técnico. Incluso en obras privativas conviene verificar si existen limitaciones por protección del edificio, alineaciones, volumetría o retranqueos. En patios y fachadas interiores, muchos municipios del ámbito AMB exigen mantener uniformidad de huecos, ritmos y colores. Alterar carpinterías, persianas o barandillas sin permiso puede conllevar reposición y sanción. Por último, cualquier intervención en bajantes, extracción de humos o rejillas exige asegurar que no se altera el rendimiento del conjunto ni se invade el dominio común.

Tip: acompaña la petición a la comunidad con fotomontajes y fichas técnicas. Facilita el visto bueno y reduce dudas sobre el impacto visual.

Acuerdos de junta y mayorías

En propiedad horizontal las mayorías varían según el tipo de actuación. Las obras necesarias para la conservación, seguridad y habitabilidad acostumbran a aprobarse por mayoría simple y, en casos de urgencia o mandato legal (accesibilidad, ITE, eficiencia mínima), pueden imponerse a los propietarios. Las mejoras no necesarias que afectan a elementos comunes —por ejemplo, una estética de fachada— pueden requerir mayorías cualificadas. Cuando una reforma afecta a un propietario en particular pero incide en elementos comunes (cerramientos, equipos exteriores, apertura de huecos), suele exigirse la autorización de la comunidad y, en ocasiones, unanimidad si se modifica el título constitutivo.

Para documentar correctamente, la convocatoria debe describir la actuación, incluir presupuesto, memoria técnica y, si procede, alternativas. El acta debe recoger el resultado, las mayorías de coeficientes y personas, y las condiciones impuestas (plazos, horario de trabajo, protección de zonas comunes, fianzas por daños). Conviene asimismo dejar constancia del régimen de responsabilidades frente a terceros y del compromiso de restituir si la administración deniega la licencia. Un expediente bien armado en comunidad simplifica la tramitación municipal y evita recursos posteriores.

  • Define el tipo de obra (necesaria, mejora, privativa con afección común).
  • Indica documentación técnica y presupuestos.
  • Recoge condiciones de ejecución, garantías y plazos.

Horarios, ruidos, residuos y seguridad

La convivencia durante una reforma depende de controlar el impacto acústico y ambiental. Los municipios del ámbito AMB establecen franjas de trabajo, límites de ruido y requisitos de señalización y acopio. Como regla general, evita martillos y maquinaria ruidosa fuera de horarios laborables y planifica transportes de escombros en horas valle. Las comunidades pueden fijar normas adicionales: protección de ascensor y portal, alfombras de obra, rutas de tránsito y horario reforzado de limpieza. Es habitual que se exija un contenedor homologado en la vía pública con permiso específico y tasas asociadas. Nunca abandones residuos en zonas comunes ni patios; la gestión debe quedar acreditada con albaranes de gestor autorizado.

En seguridad, la coordinación de actividades empresariales y el plan de seguridad y salud son obligados cuando concurren varias empresas o trabajadores. Señaliza correctamente, delimita zonas de acopio, usa protecciones colectivas y evita invadir pasos de peatones o calzada sin autorización. En interiores, protege instalaciones comunes (electricidad, telecomunicaciones, agua, gas) y coordina cortes con la comunidad. Si la obra afecta a fachada, instala andamio asegurado y redes, cumpliendo con las exigencias de ocupación de vía pública y con las inspecciones que el ayuntamiento pueda realizar.

Checklist de obra responsable: horario pactado, cartelería, plan de gestión de residuos, seguro de RC actualizado, protecciones en ascensor y portal, teléfono de contacto visible.

Accesibilidad y eficiencia energética

Las actuaciones para suprimir barreras arquitectónicas —rampas, plataformas, ascensores— gozan de prioridad legal y, en determinados supuestos, obligan a la comunidad incluso sin unanimidad. Incorporar ascensor o mejorar su accesibilidad puede requerir ocupación parcial de espacios comunes, patios o fachada, con estudio técnico de viabilidad y tramitación municipal específica. Las ayudas públicas suelen favorecer estas inversiones, por lo que conviene revisar convocatorias del ámbito metropolitano y municipal. En viviendas, ampliar puertas de baño, instalar platos de ducha a ras de suelo o incorporar domótica de apoyo también se consideran mejoras de accesibilidad.

En eficiencia energética, cambiar carpinterías exteriores, aislar fachadas y cubiertas o sustituir calderas colectivas puede acceder a bonificaciones y subvenciones, especialmente si se acreditan ahorros medibles. A nivel comunitario, los sistemas SATE o fachada ventilada exigen proyecto y control de impacto urbano; en interior de vivienda, la sustitución de ventanas debe mantener estética, colores y modulación definidos por el edificio y por la ordenanza. La instalación de placas solares en cubierta, si se plantea colectivamente, requerirá licencia y acuerdos de reparto de inversión y energía producida, así como compatibilidad con la estructura y con los equipos existentes en cubierta.

  • Accesibilidad: prioridad legal, posibles ayudas y tramitación ágil.
  • Eficiencia: ventanas, aislamiento, calderas y renovables con bonificaciones.
  • Criterio estético: respetar cromatismos y ritmos de fachada.

Trámites, tasas y documentación

Preparar un expediente completo reduce requerimientos. Para comunicación previa: memoria descriptiva de la reforma, plano de estado actual y reformado, presupuesto desglosado, estudio básico de gestión de residuos y, en su caso, certificado técnico. Para licencia menor o mayor: proyecto técnico, planos, pliegos, mediciones, estudio de seguridad y salud, nombramiento de dirección facultativa, y aseguramiento de RC y decenal cuando proceda. Los ayuntamientos del ámbito AMB aplican tasas de tramitación y, en ocasiones, ICIO según presupuesto. Comprueba si hay reducción por actuación energética o de accesibilidad.

La presentación telemática suele requerir certificado digital y fichas específicas. Es recomendable incluir calendario de obra y plan de minimización de molestias para reforzar la aceptación comunitaria. Pide número de expediente y conserva justificantes de pago y comunicaciones; te servirán ante inspecciones o reclamaciones. Si la finca es protegida o está en ámbito de protección, necesitarás informe o autorización adicional. La coordinación con patrimonio puede añadir plazos, por lo que conviene anticiparlo en el cronograma y en el contrato con la empresa constructora.

Documentos típicos: memoria, planos, presupuesto, gestión de residuos, proyecto y dirección facultativa (si procede), justificantes de tasas, permisos de vía pública, seguro de RC, acta de junta.

Contratación, responsabilidades y seguros

Elegir proveedor con solvencia técnica y documental es tan importante como el precio. Exige inscripción en el IAE correspondiente, póliza de responsabilidad civil vigente, prevención de riesgos y, cuando aplique, clasificación como contratista. Valora referencias y plan de trabajo. El contrato debe fijar alcance detallado, calidades, precio cerrado o medición, plazos, penalizaciones por demora, garantías y régimen de cambios (órdenes de cambio). Incluye cláusulas de protección de zonas comunes, limpieza diaria y gestión de residuos. Si hay subcontratas, pide documentación de coordinación y asume un único interlocutor responsable.

En propiedad horizontal, los daños a elementos comunes o a viviendas colindantes deben quedar cubiertos por la póliza del contratista y, en su caso, por la del promotor de la obra (comunidad o propietario). Establece un acta de inicio con fotografías del estado previo de portales, escaleras y ascensores; y un acta de fin de obra con revisión conjunta. Para obras estructurales, la dirección facultativa debe emitir certificados y el constructor responder por vicios en los plazos legales. Reservar un porcentaje del precio hasta la subsanación de remates es práctica prudente que alinea intereses y reduce litigios.

  • Contrato claro: alcance, calidades, plazos y penalizaciones.
  • RC y PRL: documentación al día y coordinación entre oficios.
  • Actas con fotos: evidencia objetiva antes y después.

Buenas prácticas de convivencia

La obra perfecta desde el punto de vista técnico puede percibirse como mala si afecta desproporcionadamente a la vida diaria. Por eso, la comunicación es un componente central de la normativa no escrita: informa a tus vecinos con antelación del calendario, hitos ruidosos y posibles cortes de suministros. Instala un tablón en el portal con móvil de contacto y horarios. Protege suelos y esquinas en zonas comunes, y acuerda con la comunidad rutas de acceso para operarios y materiales. En viviendas, programa trabajos ruidosos en franjas más tolerables y coordina con vecinos teletrabajadores, familias con bebés o personas mayores.

Cuida la limpieza: al terminar la jornada, retira polvo de portales y rellanos, y vacía acopios. Evita el humo de soldaduras sin extracción y controla olores de pinturas y disolventes. Si usas montacargas o ascensor, instala protecciones y limita la carga. Agradece la paciencia de la comunidad con un pequeño gesto al final de obra; el retorno en convivencia suele ser significativo. Y, sobre todo, respeta escrupulosamente los permisos municipales y las condiciones del acuerdo de junta: son tu escudo frente a reclamaciones, y demuestran que tu reforma se ha planificado con rigor.

Plantilla útil: aviso en portal con fechas clave, horario ruidoso, teléfono de obra, responsable de limpieza y referencia al número de expediente municipal.

Preguntas frecuentes

¿Necesito permiso de la comunidad para cambiar ventanas exteriores? Sí, porque afectan a fachada. Además del acuerdo comunitario, la ordenanza municipal suele exigir licencia menor y respetar color, material y modulación definidos para mantener la uniformidad estética.

¿Basta una comunicación previa para reformar cocina y baño? Habitualmente, si no hay afección estructural ni cambios en fachada, una comunicación previa con memoria y planos puede ser suficiente. Confírmalo con urbanismo del municipio del ámbito AMB en que se ubique la finca.

¿Cómo gestiono los residuos de obra? Mediante contenedor autorizado y albaranes de gestor. Muchos ayuntamientos exigen justificar esta gestión con la solicitud; abandonar escombros en vía pública o zonas comunes acarrea sanción y reposición.

¿Qué horario se permite para trabajos ruidosos? Suele limitarse a franjas laborales. Evita mañanas muy tempranas y noches. La junta puede pactar restricciones adicionales; consúltalo en los acuerdos y respétalos para preservar la convivencia.

¿Qué pasa si el edificio es protegido? Requerirá informe o autorización adicional y criterios estrictos sobre materiales y estética. Prevé plazos más largos y la necesidad de técnico especializado en patrimonio.

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