Cómo mejorar la ventilación en pisos reformados

Cómo mejorar la ventilación en pisos reformados

Publicado el 19 de septiembre de 2025


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Por qué la ventilación importa tras una reforma

Al reformar un piso, solemos centrarnos en acabados, distribución y eficiencia térmica. Sin embargo, la ventilación en pisos reformados es el factor que, en silencio, determina la calidad del aire que respiramos, el confort y la durabilidad de los materiales. Una vivienda hermética sin una estrategia de renovación de aire acumula CO2, compuestos orgánicos volátiles (COV) de pinturas y mobiliario, humedad en forma de vapor y olores persistentes. Esta mezcla favorece la aparición de condensaciones, mohos y alergias, además de empeorar la capacidad de concentración y el descanso.

Paradójicamente, las reformas actuales mejoran tanto la estanqueidad (ventanas con doble/triple acristalamiento, puertas ajustadas, sellados perimetrales) que el intercambio de aire natural disminuye. Si no se compensa, el aire “envejece” rápido: sube el CO2 por encima de 1.000 ppm en dormitorios, se dispara la humedad en baños sin extracción eficaz y la cocina difunde grasas y olores por todo el hogar. La ventilación adecuada reduce estos riesgos, alarga la vida de la carpintería, evita que se empañen los cristales y protege los aislamientos contra el punto de rocío.

Además, ventilar de forma inteligente no es sinónimo de perder energía. Hoy existen soluciones pasivas (ventilación cruzada, compuertas autorregulables) y activas (extractores silenciosos, ventilación mecánica controlada con recuperador) que permiten renovar el aire con consumos mínimos y, en el caso del doble flujo, recuperando gran parte del calor del aire expulsado. Pensar la ventilación desde el proyecto evita improvisaciones: recorridos de aire, ubicación de rejillas, elección de carpinterías y automatización con sensores forman parte del mismo sistema.

Idea clave: cuanto más hermético es tu piso reformado, más imprescindible es definir una estrategia de ventilación que garantice caudales mínimos sin sacrificar eficiencia energética.

Diagnóstico inicial del aire interior

Antes de invertir en equipos, conviene medir. Un diagnóstico básico incluye: niveles de CO2, humedad relativa (HR), temperatura y, si es posible, COV. Con un medidor doméstico de CO2 podrás identificar picos nocturnos en dormitorios o acumulación en espacios de trabajo. Regla práctica: por debajo de 800 ppm la calidad es buena; entre 800–1.200 ppm es aceptable; por encima de 1.200 ppm conviene actuar. En cuanto a humedad, mantén la HR entre 40–60% para reducir moho y sequedad.

Realiza pruebas por estancias y franjas horarias. Abre ventanas durante 5–10 minutos y observa cuánto tarda el CO2 en volver a niveles base; si tarda demasiado, hay déficit de renovación o cuellos de botella en el recorrido del aire. En baños, la persistencia de olores o espejos empañados más de 10 minutos indica extracción insuficiente. En cocinas, grasas en muebles altos delatan que el extractor no está evacuando al exterior o que el filtro está saturado.

  • CO2 estable < 900 ppm en ocupación normal: ventilación razonable.
  • HR > 60% de forma sostenida: conviene aumentar caudal o deshumidificar.
  • Olores persistentes: revisar extracción y estanqueidad de conductos.
  • Corrientes molestas: redistribuir aportes o colocar difusores.

Herramientas recomendadas: sensor de CO2 con registro, higrómetro, anemómetro básico para verificar caudales en rejillas y un registrador de temperatura para detectar puentes térmicos.

Con estos datos podrás dimensionar mejor soluciones y priorizar intervenciones donde más falta hace: dormitorios (noches), despacho (teletrabajo), cocina y baños (picos puntuales). El diagnóstico guía el plan, evita sobredimensionar y ofrece una línea base con la que evaluar mejoras en tu ventilación en pisos reformados.

Estrategias pasivas: ventilación cruzada y aperturas

La ventilación pasiva se apoya en diferencias de presión y temperatura. La más efectiva en viviendas es la ventilación cruzada: abrir dos huecos opuestos (o lo más alejados posible) para que el aire entre por una fachada y salga por otra. Si solo tienes una fachada, busca diagonales interiores: abre ventana y puerta de un dormitorio y la puerta del salón, creando un recorrido largo que “barra” el aire viciado.

Planifica “aperturas eficaces”: mejor 5–10 minutos con ventanas enfrentadas que mantener una sola rendija durante horas. En invierno, haz microventilaciones intensivas en horarios de menor pérdida térmica; en verano, ventila a primera hora y noche, bajando persianas durante el día para evitar la carga térmica. Si tu reforma incluye nuevas carpinterías, valora incorporar air trickle vents (entradas autorregulables en el marco) que aporten caudal mínimo sin generar corrientes.

  • Puertas bajo-cortadas: rebaje de 1–2 cm permite el paso del aire entre estancias.
  • Transoms o rejillas altas: facilitan la salida del aire caliente en pasillos y baños.
  • Ventanas con posiciones múltiples: oscilo-batiente para control fino en días ventosos.
  • Patios interiores: aprovecha la chimenea térmica natural: abre alto para extraer, bajo para aportar.

Tip de obra: si mueves tabiques, alinea las puertas para crear ejes de ventilación. Un hueco superior con celosía entre cocina y pasillo puede mejorar el tiraje sin perder privacidad.

Las soluciones pasivas no requieren electricidad y, usadas con criterio, mantienen el CO2 bajo sin penalizar en exceso el confort. Combínalas con sombreado, toldos y persianas para reducir la entrada de calor en verano y con cortinas térmicas en invierno para minimizar pérdidas durante las ráfagas de ventilación cruzada.

Extractores y ventiladores para cocina y baño

Cocina y baños concentran humedad, olores y partículas. Un extractor eficaz debe evacuar al exterior (no solo recircular). En cocinas, una campana de 9–12 renovaciones/hora suele ser adecuada para espacios estándar; en islas, aumenta el caudal y coloca faldón inferior. Usa filtros limpios y conductos cortos, con el menor número de codos, y revisa que la válvula antirretorno selle bien para evitar reentradas.

En baños, los extractores helicoidales o centrífugos con silenciosos < 30 dB(A) y temporizador o higrostato ofrecen buen rendimiento. Un higrostato enciende el equipo cuando la HR supera un umbral (p. ej., 65%) y lo apaga al normalizarse. En baños interiores sin ventana, dimensiona el caudal para asegurar entre 6 y 10 renovaciones/hora y prevé entradas de aire desde pasillos o dormitorios mediante bajo-corte de puertas.

  • Mantenimiento: limpia filtros trimestralmente y revisa la grasa acumulada en campanas.
  • Conductos: evita reducir diámetros; cada estrechamiento multiplica el ruido y reduce caudal.
  • Seguridad: respeta distancias a placas de gas y utiliza conductos resistentes al fuego donde aplique.

Pro tip: combina extractor de baño con un fan boost temporizado que aumente caudal tras duchas; mantendrás espejos secos y evitarás mohos en juntas.

Estas actuaciones puntuales, bien ajustadas, evitan que la humedad y los olores se dispersen por toda la vivienda y forman la base de una ventilación en pisos reformados coherente con el uso real de cada espacio.

Sistemas mecánicos: simple y doble flujo

Si buscas control total y calidad de aire estable, evalúa la ventilación mecánica controlada (VMC). En simple flujo, se introduce aire por entradas autorregulables en fachada y se extrae de zonas húmedas (cocinas/baños) con un ventilador central. Es económica, fácil de mantener y suficiente para muchos pisos, aunque en invierno puede introducir aire frío y en verano, caliente.

La VMC de doble flujo con recuperador de calor aporta y extrae aire mediante conductos, cruzando ambos caudales en un intercambiador que recupera 70–90% del calor (o frescor) del aire expulsado. El resultado: aire limpio a temperatura más próxima a la interior, menos pérdidas energéticas y filtración efectiva de polvo y polen. Requiere espacio para la unidad y una red de conductos, pero en reformas bien planificadas puede ocultarse en falsos techos de pasillos o sobre armarios.

  • Filtros: G4/M5 en extracción y F7/F9 en impulsión para alérgicos o zonas con polvo.
  • Caudales: modo bajo continuo + boost por demanda (cocción, duchas, visitas).
  • Automatización: control por CO2/HR/ocupación para ajustar consumo y confort.

Elección rápida: presupuesto ajustado y obra mínima → simple flujo; confort premium y eficiencia → doble flujo con recuperador. En ambos casos, calcula caudales y verifica recorridos de aire.

La inversión en doble flujo se amortiza por ahorro energético y salud. Especialmente en climas extremos o viviendas muy herméticas, el salto de calidad es notable: menos corrientes, menos polvo y niveles de CO2 estables incluso con ocupación alta.

Estanqueidad, burletes y rejillas: equilibrio

Reformar suele implicar “cerrar” la envolvente: nuevas carpinterías, sellados y trasdosados. Esto mejora el aislamiento acústico y térmico, pero puede asfixiar la vivienda si no se compensa. El objetivo es un equilibrio entre estanqueidad y ventilación controlada: cierras infiltraciones ineficientes y, a cambio, defines por dónde entra y sale el aire.

Instala burletes de calidad en puertas de entrada y balconeras para eliminar filtraciones incontroladas. Añade rejillas autorregulables en marcos o muros que aporten caudal mínimo constante, con filtros antipolen donde sea necesario. Usa válvulas antirretorno en campana y extractores para evitar reflujo cuando están apagados. En puertas interiores, deja un bajo-corte de 10–15 mm o instala rejillas discretas para garantizar el paso del aire hacia zonas de extracción.

  • Equilibrado: si introduces 30–40 m³/h por estancias secas, asegúrate de poder extraer volumen equivalente en baños/cocina.
  • Ruido: selecciona rejillas con atenuación acústica si das a calles ruidosas.
  • Filtración: en zonas con polvo/polen, prioriza entradas filtradas o VMC con filtros.

Detalle constructivo: sella pasos de conductos con masillas elásticas y abrazaderas. Las fugas alrededor de rejillas reducen caudal útil y aumentan ruido.

Con un diseño intencionado, tu ventilación en pisos reformados no dependerá del azar ni del viento: el aire entrará por donde filtras y saldrá por donde extraes, manteniendo estabilidad y confort sonoro.

Plan por estancias: estrategias prácticas

Salón y comedor. Son áreas de larga estancia y reuniones. Mantén entradas de aire (rejillas en carpintería o microventilación) y asegúrate de que el flujo atraviese hacia pasillo/baños. Si hay teletrabajo, añade control por CO2 para activar un refuerzo.

Dormitorios. Prioriza aire silencioso y estable. Microventilación nocturna con oscilobatiente, rejillas con atenuación acústica y, si el ruido exterior es alto, VMC con impulsión filtrada. Observa los niveles de CO2 durante la noche; si superan 1.200 ppm, aumenta caudal o abre algo más.

Cocina. Campana de extracción al exterior, filtros limpios y conducto independiente. Evita campanas en recirculación salvo como apoyo puntual. Complementa con ventilación cruzada tras cocinar (5 minutos) y mantén puertas abiertas para barrer olores.

Baños. Extractor con temporizador/higrostato, bajo-corte de puerta y, si es posible, una rejilla alta hacia conducto. Tras la ducha, activa boost 15–20 minutos.

Lavadero/trastero. Zonas propensas a humedad. Prevé extracción continua de bajo caudal o aberturas cruzadas controladas.

  • Evita rejillas directamente sobre camas o sofás para prevenir corrientes molestas.
  • En plantas bajas, añade mosquiteras y rejillas con seguridad para ventilar sin riesgo.
  • Si hay estufa o caldera, respeta aportes de aire comburente y normativa específica.

Secuencia diaria sugerida: 5–10 min de ventilación cruzada por la mañana, extracción por demanda en cocina/baño, y microventilación o VMC en continuo por la noche.

Normativa básica y cálculos esenciales (CTE HS 3)

En España, el Documento Básico HS 3 del CTE establece exigencias de ventilación higiénica. Aunque las reformas parciales no siempre obligan a VMC completa, es buena práctica aproximarse a sus caudales. De forma simplificada, considera zonas secas (salón, dormitorios) como puntos de aportación de aire y zonas húmedas (cocinas, baños, lavadero) como puntos de extracción, garantizando un recorrido interior.

Para dimensionar, puedes partir de caudales por estancia (p. ej., 20–30 m³/h por dormitorio, 18–25 m³/h en salón por ocupante) y extracciones de 50–100 m³/h en baños según uso, y 100–200 m³/h en cocina. Ajusta según superficie, ocupación y hermeticidad lograda tras la reforma. Recuerda que los caudales deben equilibrarse: lo que entra debe salir, evitando presiones indeseadas que “roben” aire de shunts comunitarios.

  • Recorridos: aporta en estancias secas y extrae en húmedas, con puertas permeables.
  • Alturas: coloca rejillas de extracción altas para aprovechar la flotabilidad del aire caliente.
  • Conductos: dimensiona para velocidades < 3–4 m/s y reducir ruido.

Aviso: en edificios con sistemas comunitarios o shunts, coordina con la comunidad para evitar reentradas o interferencias. La seguridad contra incendios puede condicionar materiales y compuertas.

Cumplir con la filosofía del HS 3 te asegura un nivel mínimo de salubridad y te guía en la selección de rejillas, ventiladores y/o VMC. Documentar cálculos y resultados de mediciones provee trazabilidad y facilita el mantenimiento.

Mantenimiento, monitorización y uso diario

Una ventilación eficaz es un proceso continuo. La monitorización con sensores de CO2 y humedad visible en el móvil o una pantalla doméstica ayuda a ajustar hábitos y detectar fallos. Programa recordatorios para limpieza de filtros de campana y extractores (cada 3 meses), sustitución de filtros de VMC (6–12 meses) y revisión de conductos anualmente.

Integra la ventilación en tu rutina: ventila intensivamente por la mañana, activa boost tras cocinar y ducharte, y usa microventilación o VMC en modo bajo durante la noche. En episodios de alta contaminación exterior o polen, prioriza impulsión filtrada (doble flujo) y reduce aperturas directas.

  • Comprueba periódicamente que las válvulas antirretorno no se quedan abiertas.
  • Escucha ruidos: vibraciones apuntan a soportes flojos o rodetes desequilibrados.
  • Revisa que las rejillas no estén bloqueadas por cortinas o muebles.

Indicadores de éxito: CO2 < 900 ppm en uso normal, HR entre 40–60%, espejos que se despejan en < 10 minutos y ausencia de olores persistentes.

Con pequeñas tareas de mantenimiento y una lectura atenta de tus sensores, mantendrás la ventilación en pisos reformados como un sistema fiable, silencioso y eficiente.

Errores comunes y cómo evitarlos

El error más frecuente es confiar en que las rendijas y “respiración” espontánea del edificio serán suficientes tras una reforma. Con carpinterías modernas, esa suposición falla. Otros fallos típicos: campanas en recirculación utilizadas como única extracción, extractores de baño sin aporte de aire (puertas selladas), conductos con demasiados codos o reducciones, y ausencia de mantenimiento de filtros.

También es común sobredimensionar caudales “por si acaso”, generando ruido y corrientes molestas. Un sistema bien ajustado debe ser casi imperceptible: ruido bajo, caudales equilibrados y sensores en verde. En climas calurosos, ventilar en horas centrales del día introduce calor; en su lugar, apuesta por ventilación nocturna y sombreado diurno. En climas fríos, evita ventilaciones largas y continuas con ventanas entreabiertas; mejor ráfagas cortas e intensas o, idealmente, VMC.

  • No bloquear rejillas: cortinas, muebles y cuadros reducen el caudal efectivo.
  • Medir antes de actuar: decide con datos de CO2/HR para invertir donde convenga.
  • Sellar bien: las fugas en conductos restan eficiencia y añaden olores ajenos.

Checklist express: extracción al exterior en cocina, higrostato en baños, bajo-cortes de puertas, rejillas autorregulables, conductos cortos y filtración adecuada.

Evitar estos errores desde el proyecto te permitirá disfrutar de un hogar más saludable, silencioso y eficiente, sin sorpresas posteriores.

Preguntas frecuentes

¿Cuánto tiempo debo ventilar con ventanas? Con ventilación cruzada, 5–10 minutos suelen bastar para reducir el CO2 y la humedad sin enfriar en exceso. En verano, ventila en primeras y últimas horas; en invierno, en las horas más templadas.

¿Es imprescindible una VMC de doble flujo? No siempre. En pisos con buena ventilación cruzada y extractores bien dimensionados puede no ser necesaria. Si el piso es muy hermético, hay ruido exterior o alergias, el doble flujo con filtración aporta un salto de confort.

¿La campana con filtro de carbón es suficiente? Filtra olores, pero no extrae humedad ni grasa al exterior. Úsala como apoyo, no como única solución. Lo ideal es evacuación al exterior con conducto independiente y válvula antirretorno.

¿Cómo evito moho en baños sin ventana? Extractor con higrostato, bajo-corte de puerta, limpieza de filtros y un boost de 15–20 minutos tras duchas. Si persiste, aumenta caudal o instala VMC con extracción continua.

¿Qué sensores merece la pena comprar? Uno de CO2 fiable (NDIR), higrómetro y, si te preocupa la contaminación, un medidor de COV/PM. Con ellos ajustarás caudales y hábitos con precisión.

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