Pasos para instalar canalones en terrazas de BCN
Guía práctica para instalar canalones en terrazas de Barcelona: materiales, pendientes, desagües y mantenimiento para evitar filtraciones y humedades en fincas
Índice
- Evaluación previa y normativa BCN
- Elección de materiales y accesorios
- Diseño de recogida, pendientes y bajantes
- Preparación de la superficie y seguridad
- Instalación de soportes y líneas de canalón
- Uniones, sellado y estanqueidad
- Colocación de bajantes y conexión a desagüe
- Pruebas de agua, ajustes y acabados
- Mantenimiento estacional y solución de problemas
- Preguntas frecuentes
Evaluación previa y normativa BCN
Antes de instalar canalones en una terraza de Barcelona (BCN), es imprescindible realizar una evaluación técnica del espacio y contrastar la normativa aplicable. Las terrazas de fincas antiguas del Eixample, Gràcia o Sants suelen presentar pendientes mínimas o puntos bajos que favorecen encharcamientos, mientras que en edificios más recientes de Sant Martí o Les Corts existe mayor previsión para la evacuación de pluviales. Identificar por dónde discurre actualmente el agua, si hay sumideros operativos y el estado de la impermeabilización es el primer paso para decidir dónde y cómo ubicar el canalón. Asimismo, confirme si la intervención afecta a elementos comunes de la comunidad de propietarios; en ese caso, conviene recabar autorización en junta y reflejar el acuerdo en acta.
Valore también la exposición al viento marino y la proximidad a arbolado urbano: terrazas cerca de Diagonal o litoral tienden a acumular partículas salinas que aceleran la corrosión, mientras que patios con árboles generan hojas y semillas que obstruyen. Estas condiciones condicionan el material del canalón (aluminio lacado, PVC, zinc, acero galvanizado), el diámetro, la necesidad de rejillas antihojas y la distancia entre soportes. Es recomendable documentar el estado previo con fotos y croquis, anotar longitudes y desniveles, y calcular los caudales estimados según la superficie que aportará agua a cada línea de canalón.
Checklist inicial: medir perímetros y alturas, localizar sumideros, revisar impermeabilización, confirmar permisos comunitarios y verificar puntos de taladro sin comprometer vigas o láminas.
Elección de materiales y accesorios
La elección del material define durabilidad, estética y mantenimiento. El aluminio lacado es ligero, estable y disponible en perfiles continuos; el PVC ofrece buena relación calidad-precio y montaje sencillo; el zinc aporta gran vida útil y una pátina elegante en entornos patrimoniales; el acero galvanizado es robusto pero requiere protección frente a la corrosión. Para terrazas en BCN con brisa marina, el aluminio lacado marino o el zinc resultan opciones muy sólidas. Combine el material con accesorios compatibles: codos, enlaces, fondos, nacellas (cajas de bajante), embudos, rejillas antihojas, curvas de transición, abrazaderas y tapones finales.
Los diámetros habituales oscilan entre 100–125 mm para canalones y 80–100 mm para bajantes en viviendas. Si la terraza recibe aportes de cubierta superior o medianeras, incremente sección o distribuya en más de una bajante. Pese a que el color estándar suele ser marrón o gris, puede lacarse en RAL de fachada para integrarlo. No olvide los selladores: silicona neutra o MS polímero específica para exterior, y cintas butílicas para uniones críticas. Incluya soportes apropiados a la base (muro, madera, hormigón, chapa), tornillería inoxidable y tacos adecuados al tipo de soporte.
Tip: adquiera siempre un 10% extra de perfiles y accesorios para cortes, mermas y ajustes in situ.
Diseño de recogida, pendientes y bajantes
Un buen diseño evita desbordes y ruidos. Establezca la línea de canalón a una altura que reciba el agua sin interferir con puertas o barandillas, y defina una pendiente mínima recomendada de 3–5 mm por metro hacia la bajante. En tramos largos, conviene dividir en dos pendientes con bajante central o duplicar bajantes en extremos. Los embudos deben posicionarse cerca de los puntos de desagüe existentes para minimizar taladros y cruces de tubería. Si la terraza cuenta con sumidero sifónico, coordine la conexión con un manguito compatible o un codo con junta para mantener estanqueidad.
Calcule la capacidad: superficie de terraza (m²) x intensidad de lluvia de diseño (mm/h) → caudal aproximado. Sin entrar en fórmulas complejas, para terrazas residenciales en BCN suele bastar canalón de 125 y bajante de 90, pero si hay vertientes adicionales o episodios torrenciales, suba a 150/100 o coloque rejillas antihojas para evitar colmatación que reduce sección útil. Prevea también dilataciones térmicas y holguras en uniones: perfiles largos en aluminio o PVC deben tener clips o juntas que permitan movimientos sin abrir sellos.
- Separación de soportes: 40–60 cm (según material y exposición al viento).
- Coté el punto más alto con cuerda tensa y marque la pendiente con nivel.
- Evite ángulos innecesarios: cada codo añade pérdida de carga y retención de hojas.
Preparación de la superficie y seguridad
Una instalación segura empieza por la preparación. Limpie el borde donde se fijarán los soportes, retire pintura suelta y aplique imprimación si el soporte lo requiere. En terrazas impermeabilizadas con lámina, planifique fijaciones en petos o ménsulas que no perforen la membrana. Use EPIs: guantes anticorte, gafas, calzado con suela adherente y, si trabaja en altura o cerca del borde, sujeciones anticaídas con línea de vida temporal. Señalice el área de trabajo en comunidades para evitar accidentes con vecinos.
Prepare la herramienta: taladro con percusión regulable, brocas para pared/metal, remachadora (si el sistema lo requiere), sierra de mano o radial con disco adecuado, lima para desbarbar, pistola de cartuchos, nivel de burbuja o láser, cordel y tiza. Disponga de lonas o cubos para recoger restos y no obstruir sumideros. Si va a cortar metal, proteja el entorno de chispas y repase cortes con pintura de retoque anticorrosiva.
Seguridad extra: nunca trabaje solo en bordes; controle la meteorología y evite instalar con lluvia o viento fuerte, condición frecuente en episodios de tramontana o frente marítimo.
Instalación de soportes y líneas de canalón
Marque el punto más alto del tramo y el más bajo donde irá la bajante. Trace una línea guía con la caída definida. Coloque el primer y el último soporte y verifique la pendiente con nivel; después, distribuya el resto respetando el intereje calculado. En muros de ladrillo, utilice tacos de nylon de calidad; en hormigón, tacos de expansión; en madera, tirafondos inox. Compruebe que cada soporte quede exactamente en la cota para evitar ondulaciones que comprometen el flujo.
Presente los perfiles de canalón, realice los cortes necesarios y ofrezca solapes según sistema (machihembrado, clipado, remachado). Coloque piezas de esquina y terminales; sitúe el embudo o nacella en el punto previsto. Antes de fijar definitivamente, haga una comprobación en seco de continuidad y pendiente. Muchos sistemas modernos incorporan gomas internas; si no, planifique las uniones para que el agua nunca trabaje contra el solape. Evite esfuerzos puntuales: el canalón debe descansar en todos los soportes por igual.
- Revise que la línea no interfiera con puertas/ventanas ni barandillas.
- Deje 3–5 mm de holgura en dilataciones largas.
- En esquinas, prefiera piezas prefabricadas antes que cortes complejos.
Uniones, sellado y estanqueidad
La estanqueidad depende de uniones limpias y sellos correctos. Limpie y desengrase los labios de unión, elimine rebabas y seque bien antes de sellar. Aplique cordones continuos de silicona neutra o MS polímero, evitando huecos y excesos que puedan despegarse. Si el sistema requiere remaches, colóquelos alternando posiciones para repartir tensiones y selle las cabezas. En PVC, utilice adhesivo específico cuando lo prescriba el fabricante y respete los tiempos de curado.
Refuerce puntos críticos: embudos, piezas de esquina y terminales suelen ser responsables de goteos cuando se ejecutan con prisa. Las cintas butílicas son útiles para segundas líneas de defensa en solapes largos. Recuerde orientar los solapes “a favor” del sentido del agua. En zonas con vegetación, instale rejillas antihojas o cribas que minimicen la entrada de sólidos, reduciendo atascos y cargas puntuales por encharcamiento.
Control de calidad: inspección visual con linterna de todas las juntas, tirando ligeramente de las piezas para verificar que el clipado quedó firme y uniforme.
Colocación de bajantes y conexión a desagüe
Con el embudo montado, presente la bajante desde arriba hacia el punto de evacuación. Use codos de 45° o 60° en lugar de 90° siempre que sea posible para suavizar el flujo y evitar ruidos. Fije la bajante con abrazaderas cada 1,5–2 m, asegurando una cámara mínima entre tubería y paramento para permitir dilatación y evitar vibraciones. Si la bajante discurre por fachada visible, cuide alineaciones y anclajes para un acabado limpio.
La conexión final puede hacerse a un sumidero de terraza, a una arqueta sifónica o a una cubierta inferior. Utilice manguitos de transición compatibles y sellos elásticos para mantener la estanqueidad y facilitar desmontaje futuro. Nunca descargue el agua sobre la vía pública sin autorización; en comunidades, respete cajas de bajante existentes y no perfore láminas sin supervisión técnica. Cuando la cota del desagüe quede más alta que la salida, valore instalar un tubo de desahogo secundario o un rebosadero de seguridad.
- Compruebe que la boca de descarga quede libre de rejillas obstruidas.
- Evite tramos horizontales largos: acumulan sedimentos y ruido.
- Identifique y marque la bajante para mantenimiento futuro.
Pruebas de agua, ajustes y acabados
Antes de dar por concluida la instalación, realice una prueba de carga con agua. Simule una lluvia moderada con manguera, empezando por el extremo alto y observando el recorrido. Busque goteos en uniones, en el embudo y en tapones; verifique que el agua alcanza la bajante sin estancarse. Ajuste soportes si detecta panzas o puntos altos; añada sellador donde haya microfiltraciones. Revise también el ruido: golpeteos pueden indicar abrazaderas flojas o codos con demasiada tensión.
Limpie selladores sobrantes, retoque pintura en cortes metálicos y coloque remates estéticos si el sistema lo contempla. Retire restos, aspire hojas del entorno y deje la terraza operativa. Tome fotos finales y guarde una pequeña “bolsa de repuestos” con uniones y tapones para emergencias. Finalmente, entregue o conserve una ficha con materiales, referencias y fecha de instalación para programar mantenimientos.
Prueba adicional: verifique el comportamiento en el primer episodio de lluvia real y tome nota de cualquier ajuste fino pendiente.
Mantenimiento estacional y solución de problemas
El buen rendimiento a largo plazo depende de un mantenimiento sencillo pero constante. Programe dos limpiezas anuales: otoño (caída de hojas) y primavera (antes de lluvias de transición). Retire hojas, arena y semillas; lave con agua jabonosa y aclare. Revise rejillas antihojas y cambie las deformadas. Apriete tornillería de soportes y abrazaderas. Inspeccione selladores: si aparecen fisuras, retire y renueve con producto compatible. En entornos marinos, lave con agua dulce para eliminar salitre que acelera la corrosión.
Problemas típicos y soluciones: desborde en tormenta → aumente sección o añada bajante; goteo en unión → rehacer sellado y revisar solape; ruido por dilatación → añadir holgura y arandelas elásticas; mal olor → revisar sifones en arquetas; movimiento por viento → incrementar número de soportes o cambiar orientación de codos. Lleve un registro con fecha y acciones realizadas para detectar patrones.
- Limpieza: 2 veces al año o tras episodios de polvo sahariano.
- Inspección visual tras granizadas o obras en fincas colindantes.
- Revisión de sellos cada 12–18 meses.
Preguntas frecuentes
¿Qué pendiente mínima necesito en el canalón? Para terrazas residenciales, entre 3 y 5 mm por metro suele ser suficiente. En tramos largos, plantee dos pendientes hacia una bajante central para reducir altura en extremos.
¿Aluminio, PVC o zinc para Barcelona? El aluminio lacado o el zinc ofrecen gran durabilidad frente al ambiente marino; el PVC es económico y fácil de montar. La elección depende de estética, presupuesto y exposición al salitre.
¿Puedo conectar la bajante a un sumidero existente? Sí, siempre que utilice manguitos compatibles y mantenga el sello sifónico. Evite descargas libres a fachada o vía pública sin autorización de la comunidad o municipal.
¿Cada cuánto hay que limpiar? Dos veces al año como mínimo (otoño y primavera). Si hay arbolado cercano o polvo sahariano frecuente, incremente la frecuencia y añada rejilla antihojas.
¿Necesito permiso de la comunidad? Si la instalación afecta a elementos comunes (petos, fachadas o cajas de bajante), conviene acuerdo en junta y dejar constancia en acta para evitar conflictos futuros.
¿Necesitas asesoramiento legal?
Nuestro equipo de expertos está listo para ayudarte